
Es una planta perenne muy común, que puede alcanzar entre 30 y 60 cm de altura, con tallo erguido y flores de color amarillo dorado. Las hojas son opuestas, alargadas y obtusas, sin rabillo y con los bordes enteros; es característico que muestran muchas puntas translúcidas al mirarlas al contraluz.
Las flores forman ramilletes terminales, el cáliz está dividido en cinco lacinias profundas, estrechas y agudas; la corola tiene cinco pétalos, el doble de largos que el cáliz y con unos puntitos negros en los bordes; los estambres son muy numerosos, con los filamentos y anteras de color amarillo; el pistilo remata en tres estilos muy bien individualizados. Florece a partir de mayo y está en plena floración para San Juan, en junio, por lo que recibe este nombre. Es entonces cuando se recolecta su flor.
Se han atribuido numerosos efectos al hipérico, entre ellos sanar las heridas y úlceras, activar la circulación de la sangre, moderar las reacciones inflamatorias y también se le ha atribuido un efecto antidepresivo, aunque puede interaccionar con medicamentos destinados a este fin.
Manuel Ezequiel Aceituno Espejo
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